Editorial
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En un mundo cambiante, en constante evolución, las profesiones deben estar preparadas para responder a estos cambios y ser dinámicas para ir al ritmo que posee la sociedad actual, lo que permite el fortalecimiento, la consolidación y el reconocimiento social a lo largo del tiempo.
La profesión de Fonoaudiología no es ajena a las transformaciones que se han suscitado en diferentes momentos, situación que ha implicado cambios y ajustes en los modos como se aborda el objeto de estudio y se proyecta hacia el futuro, pues al ser una profesión joven, en comparación con otras disciplinas, tiene un gran camino por delante en la búsqueda de consolidarse como una profesión que responde a las necesidades de la población y el país.
Con la aparición de forma inesperada de un nuevo virus, el SARS-COV-2, que tiene como consecuencia la enfermedad COVID-19, se transformó profundamente la humanidad y, con ello, la forma de ejercer la profesión de Fonoaudiología, ya que pasar del contacto uno a uno al abordaje de las necesidades comunicativas de los individuos, familias y comunidades a través de medicación tecnológica y con mayores criterios de bioseguridad, se convirtió en todo un desafío, pues implicó la adaptación e innovación para seguir garantizando la prestación de los servicios profesionales con calidad y oportunidad.
